viernes, 28 de septiembre de 2012

EL PELIGRO DE LOS BOMBILLOS AHORRADORES

En los últimos años se han popularizado los llamados "bombillos ahorradores”, bombillos de bajo consumo o CFL ( por sus siglas en inglés ), y el principal argumento que tienen los vendedores para convencernos de su uso, es el bien que le hacemos al planeta al ahorrar energía. Sin embargo, lo que no nos cuentan es lo peligrosos que son para nuestra salud y lo contaminantes que pueden ser, paradójicamente, para ese planeta que tratamos de proteger.
Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado científicos e investigadores de todo el mundo al respecto:
1.    Las bombillas de bajo consumo presentan emisiones radioeléctricas de alta frecuencia que generan campos electromagnéticos perjudiciales para la salud.
Provocando entre otros, cáncer, problemas neurodegenerativos, trastornos vasculares, y alteraciones del sueño.
2.    Las bombillas ahorradoras emiten radiación ultravioleta, por lo cual pueden producir trastornos en las personas con piel sensible.
3.    Debido a la pobre iluminación de estas bombillas, aumenta el riesgo de caídas en personas con poca visión.
4.    Cada bombilla contiene entre 3 y 5 mg de mercurio, que pueden causar graves problemas de salud en caso de tener contacto directo con el ser humano, y llegar a contaminar seriamente fuentes de agua en caso de no descartarse apropiadamente en recipientes para residuos tóxicos dentro del sistema de basuras de una ciudad.
Además de limitar su uso por las razones antes mencionadas, siga las siguientes indicaciones de la Agencia de Protección ambiental ( EPA ) de los Estados Unidos, si se le rompe un bombillo de bajo consumo o CFL:
1.    Las personas y animales domésticos deben abandonar la habitación de inmediato sin tener contacto con los vidrios.
2.    Abrir una ventana y abandonar la habitación por 15 minutos o más.
3.    Si tiene aire acondicionado, apáguelo.
4.    Después de pasado un tiempo, recoja los trozos de vidrio y polvo cuidadosamente usando un papel rígido o cartón, y colóquelos en un frasco de vidrio con tapa de metal o en una bolsa de plástico sellada.
5.    Utilice cinta adhesiva para recoger los restos de los fragmentos de vidrio y polvo más pequeños.
6.    Limpie el área afectada con toallas de papel húmedo o toallitas húmedas desechables y deposítelas en un frasco de vidrio o bolsa plástica-
7.    No use aspiradora o escoba para limpiar la bombilla rota sobre superficies duras.
8.    Si se rompió sobre la alfombra, realice los pasos anteriores y si requiere de aspiradora, pásela donde la bombilla se rompió, retirando al finalizar tanto el filtro como la bolsa de la aspiradora.
9.    Si la ropa u otros materiales de tela entraron en contacto directo con la bombilla rota o el polvo de mercurio contenido en el interior de la bombilla, debe tirarla. No lave la ropa porque puede contaminar la lavadora y/o las aguas residuales.
10.  Sí puede lavar la ropa y los utensilios que tuvieron contacto con el vapor de mercurio pero no los que estuvieron en contacto directo.
11.  Si los zapatos entraron en contacto con los trozos de vidrio, límpielos con papel o toallitas húmedas y descártelos en frasco de vidrio o bolsa de plástico sellada.
12.  Asegúrese que el recipiente en el que guardó los trozos de bombilla y los materiales de limpieza peligrosos son descartados de manera adecuada en contenedores apropiados para este tipo de residuos.
Para saber más…
·         Revista DSALUD

·         http://www.epa.gov/mercury/spills/index.htm

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